La depresión en adolescentes es más frecuente de lo que la población en general considera, aunque estemos más acostumbrados a problemas de depresión en los adultos y la veamos con menos «extrañeza». En muchas ocasiones, la inestabilidad emocional o la labilidad que muchos jóvenes presentan, hace que los adultos más cercanos justifiquen este estado como propio del periodo de la adolescencia. Debemos tener en cuenta que la adolescencia es una etapa de la vida donde el sujeto debe enfrentarse a distintas situaciones que pueden hacerse difíciles de llevar y que conllevan mucho estrés. Los cambios físicos, la importancia del grupo de iguales, problemas con los padres, rupturas de parejas, así como el comienzo de una etapa en la que debe afrontar situaciones adultas, hacen que este período acostumbre a ser en muchos casos conflictivo.
Son muy pocos los adolescentes que reciben tratamiento psicológico o psiquiátrico. Se debe pues poner en conocimiento de los adultos las características más comunes de este problema de depresión para que puedan ayudar y recomendar al adolescente el tratamiento más apropiado para la superación de ese bajo estado de ánimo y de la peculiar tristeza que acarrea. Debemos así mismo saber que la autocrítica, el desánimo o un estado continuo de desesperanza debe ponernos en alerta, especialmente si este se da durante un tiempo prolongado.
Depresión en adolescentes – síntomas característicos
Los síntomas más característicos de la depresión en adolescentes pasan por un estado de ánimo depresivo, con ausencia o pérdida de energía y motivación, así como problemas a la hora de mantener o conciliar el sueño. El aumento o la pérdida de peso, así como la baja autoestima que parece tener el adolescente son característicos de este trastorno. Así mismo, el adolescente tenderá a disminuir e incluso evitar cualquier contacto social o familiar, terminando por eludir cualquier actividad lúdica y prevaleciendo el deseo de «estar solo sin que nadie le moleste». Los pensamientos recurrentes de muerte o ideas suicidas y las actividades autodestructivas pueden ser otras características inherentes a la depresión y que sin duda alguna deberán ser evaluadas y consideradas por la gravedad que los mismos pueden acarrearle.
En caso de detectar síntomas como los anteriormente mencionados, se debe buscar la ayuda de un profesional médico, psicólogo o psiquiatra que ayude al adolescente a la superación de su problema. La evaluación de la dinámica familiar, el ambiente social, etc. deberán tenerse en cuenta para la programación del tratamiento más adecuado para el adolescente.
Debemos recordar la importancia que tiene el que el adolescente nos perciba respecto a este problema como incondicionales, preocupados por lo que le ocurre y mostrando todo nuestro apoyo en su proceso. No juzgarlo por difícil que sea la situación e intentar motivarle para la realización de pequeñas actividades, podrán ser los primeros pasos que marcarán el camino para la resolución del conflicto.
Desde la terapia cognitivo conductual se ayuda al joven en el manejo de todos sus pensamientos negativos y además se le enseña y entrena con nuevas estrategias para conseguir afrontar aquello que le preocupa o le hace daño en el momento actual, de una manera positiva y saludable. Así mismo el psicólogo deberá ayudarle a manejar todas las ideas autodestructivas o ideas autolíticas que el adolescente presenta pues, si existen, deben ser abarcadas con urgencia.
(2 votos, promedio: 4,50 de 5)
Cargando...