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TRASTORNO DEL DOLOR GENITO-PÉLVICO/PENETRACIÓN (DISPAREUNIA Y VAGINISMO)

dispareunia y vaginismo

trastorno dolor genito-pelvico o dispareunia y vaginismoEl trastorno del dolor genito-pélvico/penetración comprende los cuadros de Vaginismo y Dispareunia. Diagnosticaríamos con este trastorno a aquella persona que al menos durante seis meses ha presentado un dolor intenso vulvo vaginal o pélvico, cuando se produce el intento de penetración o durante la relación sexual, existiendo o no tensión o contracción marcada de los músculos del suelo pélvico.

Es importante señalar que debemos descartar con este diagnóstico a aquellas personas que, manifestando estos síntomas, estén afectadas por cualquier otro tipo de problema donde su causa pueda ser consecuencia de alguna situación anterior vivida como pudiera ser violación, víctima de violencia de género, abuso, cualquier tipo de trauma sexual, etc. Así mismo, también se puede deber a algún tipo de causa médica, hecho que se puede descartar tras una exploración y las pruebas pertinentes.

Además, se debe tener en cuenta el momento en que este trastorno ha surgido, es decir, desde la primera relación sexual o, por el contrario, en el transcurso de su vida sexual.

Como consecuencia de lo expuesto, la persona afectada por este trastorno, por norma general, evita la realización del acto sexual pues las dificultades que se presentan en el mismo son tales que evita cualquier ocasión que pueda conducir a la realización del coito. Además, en muchos casos, presenta también problemas a la hora de relacionarse o conocer nuevas personas por miedo a que pueda presentarse ese momento.

  TRASTORNO DE LA EXCITACIÓN EN LA MUJER

Ante la solicitud de tratamiento psicológico para cualquier disfunción sexual es importante hacer un diagnóstico diferencial sobre si la causa es orgánica, psicógena o ambas conjuntamente.

¿Cómo es el tratamiento psicológico?

dispareunia y vaginismoLa terapia cognitivo conductual es el tratamiento que mejores resultados arroja y que se presenta como más eficaz para ayudar a la persona a modificar ciertos pensamientos o creencias que puedan explicar el por qué de su trastorno. Es un tratamiento muy activo en el cual el paciente debe participar realizando los ejercicios que el terapeuta le manda.

No siempre la demanda del paciente es atendida en un primer momento si se considera que existen problemas subyacentes a éste que exijan como prioritario iniciar el tratamiento en ellos, para poder posteriormente superar la disfunción sexual.

Aspectos como la educación sexual del paciente, sus experiencias, su grado de satisfacción, el inicio del problema, su estado actual psicológico, su personalidad etc. son solo alguno de los factores a evaluar que se tendrán en cuenta para la realización del tratamiento que siempre deberá tener carácter individual.

Por ello, y dependiendo de cada caso el tratamiento puede ir enfocado al trabajo de los mitos o ideas erróneas que la persona tenga sobre la sexualidad, la masturbación, e incluso sobre sus genitales. Además es frecuente emplear técnicas de relajación que ayuden a la persona a la exposición sexual sin que ello suponga una situación de tensión.

  TRASTORNO DE LA ERECCIÓN

Por otro lado, puede ser necesario la realización de determinados ejercicios que permitan la contracción y relajación de los músculos de piso pélvico e incluso el uso de dilatadores vaginales.


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