Saltar al contenido

MIEDO AL CAMBIO, ¿SE PUEDE CAMBIAR O «SOMOS COMO SOMOS»?

miedo al cambio

«Yo soy así»

miedo a cambiarA lo largo de nuestras vidas nos encontramos con muchas situaciones difíciles de afrontar o resolver. Muchas veces nuestra propia personalidad puede suponer un obstáculo para la consecución de algunas metas. Tenemos miedo al cambio.

A veces, resolver determinadas situaciones o conflictos conlleva que las personas tengamos que cambiar algo en nosotros, pero no todo el mundo está dispuesto.

Es bastante frecuente escuchar a determinadas personas decir que “uno es como es”, y tras este pensamiento se escudan en no cambiar y, como consecuencia, ni siquiera intentan nada por conseguir ese cambio.

¿Pero es esto del todo cierto o realmente es la comodidad del «no esfuerzo» lo que nos hace pensar así?

Lo que es indudable, es que el simple deseo de no esforzarse, prefiriendo la comodidad de conformarse con lo que uno tiene, y por supuesto ahorrándonos cualquier tipo de esfuerzo para el cambio, confirmarán la teoría de todos aquellos que dicen “yo soy así, y no voy a cambiar”.

Miedo al cambio, ¿qué consecuencias tiene el pensar de esta manera?

Aunque a priori parezca más cómodo y fácil conformarse con lo que uno tiene, sin buscar nada más, este tipo de personas tienen muy complicado obtener nuevas oportunidades, e incluso conseguir nuevos objetivos que la vida brinda continuamente a cada uno. El conformarse con lo que tenemos, percibiendo como inalcanzable todo aquello que se escape de la zona de confort de cada uno, generará una actitud bastante pesimista y pasiva con las ilusiones propias y muy probablemente con la de los demás.

  EL DUELO, PROCESO Y ETAPAS

Si os fijáis, hay muchas personas que eluden su ocio e incluso sus obligaciones por el mero hecho de no sentirse preparados o por el esfuerzo que les supone, esto finalmente termina limitando o condicionando su vida y en ocasiones la de los de su alrededor.

Un día lluvioso, un plan que quede lejos de casa, un viaje largo, etc., son solo algunos de los ejemplos de situaciones que se pueden dar en nuestro día a día, que para muchos pueden pasar desapercibidos e incluso parecerles excusas absurdas, pero que para otros son razones más que justificadas para no llevar a cabo un plan por el esfuerzo que deben realizar al no cumplir todas las comodidades esperadas.

La percepción del alto coste que supone que deben “pagar” para la obtención de un objetivo o meta, limitará a la persona en un gran número de áreas de su vida.

Las personas intentamos evitar el sufrimiento, nos gusta más la certidumbre que la incertidumbre, preferimos evitar aquello que genera estrés o esfuerzo a favor de la comodidad. Pero en ocasiones, la evitación de cualquier esfuerzo como en los ejemplos anteriormente comentados tiene un carácter más de tipo “patológico”.

temor al cambioLas personas somos de costumbres, nos acostumbramos a vivir de una determinada manera y a acomodarnos a un determinado tipo de vida. Pero, ¿es esto realmente malo? No tiene por qué. El problema surge cuando somos conscientes de que algo de nuestra persona no nos gusta, pero consideramos que no podemos hacer nada ante ello porque es producto de quien somos y por lo tanto no modificable. Es decir, la felicidad está sujeta a las circunstancias o al ambiente y que nada de lo que podamos hacer modificará o aportará un resultado distinto.

  EL ESTRÉS Y LA ENFERMEDAD

Esto es un grandísimo error. Si no asumimos que el cambio parte desde nuestra persona, nuestra felicidad quedará en manos de lo que el ambiente nos depare o de lo que los demás decidan por nosotros.

Finalmente decir que la realidad no es percibida e interpretada de la misma manera para todos. El análisis de cada detalle de una situación y las conclusiones a las que llegamos tras una interpretación determinada tienen un carácter particular e individual. Pero es una realidad que si las personas “yo soy así” se diesen la oportunidad en alguna ocasión de hacer el esfuerzo de percibir o interpretar determinados aspectos de una forma alternativa, quizás podrán descubrir nuevas ventanas y nuevas oportunidades.

Intentar valorar que aquello que nosotros vemos como objetivo, sensato y racional, quizás pudiera tener otra interpretación, podrá modificar nuestros pensamientos sobre las situaciones que percibimos como negativas o dañinas y nos ayudará a enfrentarnos a ellas con otro tipo de actitud. Generar pensamientos más positivos o adaptativos, cargados de motivación e ilusión para el cambio, puede ser el principio de grandes cambios.

A veces, cuando el inmovilismo nos bloquea la toma de decisiones, la ayuda y orientación que nos aporta un psicólogo puede ser de gran ayuda para «romper esas barreras».


¿Te ha gustado este artículo? Agradecemos tu valoración:

1 estrella2 estrellas3 estrellas4 estrellas5 estrellas (1 votos, promedio: 4,00 de 5)

Al dejar una valoración se reconoce la IP para evitar votaciones duplicadas (solo un voto por IP)
Cargando...