PROBLEMAS DE PAREJA – PAUTAS A SEGUIR EN CASO DE UNA DISCUSIÓN DE PAREJA

Problemas de pareja – En la discusión cada uno defiende «su» solución

Son muchas las parejas que discuten y discuten sin llegar a ninguna conclusión o solución a sus problemas. Con el paso del tiempo el planteamiento de esos problemas de pareja se hace cada vez más complicado, y también el desánimo cunde entre sus miembros para  buscar una solución óptima a sus conflictos. Esto nos lo hemos encontrado en multitud de ocasiones durante las terapias de pareja que hemos realizado en nuestro Centro de psicología de Madrid.

Bastantes parejas buscan que el otro reconozca su opción como válida, así como la mejor para la resolución del problema, mientras que el otro intenta que su opción sea la escogida pues la ve como más eficaz o positiva en comparación con la del otro miembro. Sea como sea, ambos intentan acercarse a «su» solución, produciendo que la resolución del conflicto sea más difícil e incluso en la gran mayoría de los casos, imposible de resolver.

Debemos saber que entre la opción aportada por uno y por el otro hay un punto medio, en que si bien la satisfacción de cada uno no es del 100%, sí es cierto que en muchas situaciones esta solución intermedia termina por resolver conflictos eternos, finalizando así con la lucha de poder que cada uno ejerce para que su solución sea la escogida.

Problemas de pareja – Pautas para las discusiones de pareja

A continuación aportamos pautas que pueden ayudar a que las discusiones en la pareja se realicen de una forma adecuada y tengan consecuencias positivas para los miembros de la pareja:

• Se debe buscar un lugar y un momento para llevar a cabo el intercambio de opiniones. No disponer de tiempo y de un espacio donde poder exponer nuestra preocupación con tranquilidad, limitará la posibilidad de resolver el conflicto. Por ello, la búsqueda de un lugar adecuado es el primer factor a tener en cuenta.
• El pasado, pasado está, y es importante no aprovecharlo para insultar o echar en cara al otro palabras o situaciones surgidas en ese otro tiempo. Hablar del mismo y recordar problemas antiguos no denota más que rabia, rencor y hostilidad. Para avanzar a nivel de pareja es importante aceptar y resolver los conflictos pasados porque si no corremos el riesgo de estar siempre retrocediendo a situaciones enquistadas y negativas que carecen de solución.
• Respetar los turnos de palabras. Es importante que cada miembro de la pareja tenga la libertad de disponer de un espacio de tiempo para manifestar el problema, sin sentir presión por posibles interrupciones del otro. Primero debe exponer uno su punto de vista y finalizado este turno, será el otro el que lo haga.
• Cuando mostramos aquello que nos ha molestado, debemos hacerlo en términos de conducta-sentimiento-consecuencias, es decir, debemos decir cuál es la conducta que nos ha molestado, cómo nos ha hecho sentir y las consecuencias surgidas por ello. Un ejemplo seria: “Hoy me has gritado en público (conducta) y eso me ha hecho sentir mal, poco respetado y humillado (sentimientos), por eso he preferido marcharme y no seguir con el tema (consecuencias)”. Una vez definamos el problema en término de conducta-sentimientos-consecuencias, damos por finalizada su exposición, pues añadir más terminará por repercutir negativamente en nuestro objetivo que no es más que hacer llegar el mensaje a nuestro oyente y buscar las soluciones oportunas para que no se vuelva a repetir aquello que nos dañó.
• Debemos evitar etiquetar al otro, diciéndole cómo es, insultándole o faltando al respeto. Según lo expuesto en líneas anteriores debemos definir el problema en los términos anteriormente mencionados, evitando añadir cualquier otro comentario respecto al otro.
• Los dos miembros de la pareja deben plantear posibles soluciones, cualesquiera que sean y por absurdas que parezcan. Posteriormente deberán ser evaluadas las ventajas y los inconvenientes de cada una de ellas, para finalizar eligiendo la que consideramos más adecuada.
• Si tras un periodo de tiempo, vemos que la negociación o la llegada a un acuerdo no es posible, debemos retirarnos de la situación, posponiéndola hasta que ambos logren calmarse y reflexionar por separado sobre lo tratado.

A modo de conclusión, debemos decir que una discusión debe tener una finalidad clara. Discutir para faltar el respeto al otro, echarle cosas en cara, o simplemente como desahogo, no nos llevará a ningún lugar. En una discusión de pareja se debe exponer el problema con el objetivo de solucionarlo y que no vuelva a surgir o a repetirse en el tiempo. Por eso, en cada discusión, tenemos que ser conscientes del objetivo marcado al iniciarla.