Eyaculación precoz – causas y efectos
La eyaculación precoz es una de las disfunciones sexuales más comunes sufrida por los hombres. Se trata de un reflejo involuntario que le impide controlar su eyaculación mientras realiza el acto sexual, no siendo capaz de identificar ni dominar las fases de la excitación sexual, produciéndose la eyaculación antes o muy poco después de la penetración.
Al igual que en otras disfunciones sexuales, debemos diferenciar a los eyaculadores precoces primarios de los secundarios. Los primarios son aquellos en los cuales este problema comienza desde la adolescencia y nunca hayan mantenido una relación satisfactoria con una pareja, mientras que los secundarios se caracterizan por haber mantenido el control de su eyaculación durante un tiempo, pero posteriormente lo perdieron en alguna ocasión o permanentemente.
A pesar de que es un trastorno sufrido por un importante número de personas del sexo masculino, el miedo y la vergüenza a contarlo hace que muchos no acudan a consultas médicas o psicológicas para su superación.
Son muchos los efectos psicológicos negativos que se desencadenan como consecuencia de la eyaculación precoz, pues emociones tales como la rabia, frustración, vergüenza, angustia, etc. se manifiestan desde su inicio, aumentando la probabilidad en los casos más graves de sufrir una depresión. Así mismo, los problemas en la pareja se presentan no solo por la baja calidad en las relaciones sexuales al no conseguir satisfacer al otro, sino también, porque por norma general, el hombre que sufre este problema comienza a evitar el contacto sexual con su pareja, siendo este hecho una causa de conflicto en la misma.
Motivos de la eyaculación precoz
Hay distintos motivos que justifican la eyaculación precoz. A continuación relacionamos los más comunes, pero debemos indicar que frecuentemente este trastorno no se debe a una causa física o estructural, sino que se justifica por motivos psicológicos:
- La hipersensibilidad del glande genera que cuando se introduce el mismo en la vagina, se produzca la eyaculación de forma rápida. Es como si el cerebro canalizase toda la información sexual en el glande, no siendo distribuida por todo el cuerpo.
- La debilidad del músculo pubococcígeo es otra causa que justifica que se produzca una eyaculación precoz, pues este es el encargado de interrumpir el flujo de la orina y aumenta el control sobre el orgasmo, interrumpiendo o retrayendo el que se produzca.
- Sufrir una disfunción eréctil puede provocar eyaculación precoz.
- Ansiedad, miedo o estrés ante el acto sexual.
- Educación religiosa estricta.
- Problemas en la pareja.
Tras haber sufrido diversos fracasos, los eyaculadores precoces desarrollan un sentimiento de miedo que aparece cada vez que se tiene que exponer al acto sexual e incluso mientras están en éste. La ansiedad y la presión excesiva antes y durante el acto hace que el foco de atención de la persona no esté en el disfrute de la relación, sino en intentar «no fallar» una vez más, aumentando así la tensión y las probabilidades de fracaso.
Eyaculación precoz – Tratamiento
En un primer lugar, como en todas las disfunciones sexuales, se deben hacer pruebas médicas para así descartar cualquier causa física que justifique el trastorno. Por norma general, y como ya hemos citado en líneas anteriores, en la gran mayoría de los casos el trastorno viene justificado por alguna causa psicológica, que es posible tratar.
Tras descartar causas médicas, el psicólogo realizará una evaluación que genere un modelo explicativo que haga entender al paciente lo que le sucede. Tras la comprensión del problema y destacando el papel negativo que tiene la autoevaluación continua que la persona realiza sobre si misma, así como los pensamientos que más daño le generan para la consecución de su objetivo, enseñaremos al paciente a practicar distintas técnicas que le ayudarán al control de la eyaculación. Describimos algunas seguidamente.
El método “pare y siga”, implica estimulación sexual (individual o en pareja) hasta que el hombre reconozca que está a punto de alcanzar el orgasmo, siendo ese momento donde esa estimulación cesará aproximadamente treinta segundos para después retomarla. Se seguirá con el mismo proceso repitiéndolo en varias tandas hasta que el hombre finalmente desee eyacular.
El método de la “comprensión” será similar al anterior, pero en este caso cuando el hombre tenga ganas de eyacular, presionará él o su pareja el glande durante 5 segundos para posteriormente pasado 15-30 segundos, volver a iniciar el mismo proceso, finalizando este cuando el hombre desee eyacular.
Finalmente debemos señalar que a pesar de citar alguna de las técnicas conductuales más utilizadas para superar la eyaculación precoz, un exhaustivo estudio por parte del psicólogo y un trabajo intenso a nivel cognitivo en la reestructuración de ideas dañinas, mitos, el aprendizaje de técnicas para descentrar la atención, etc., son determinantes para el éxito.
Así mismo, este trastorno puede ser tratado bien en pareja o en solitario, pues en ambos casos se muestran grandes resultados, no siendo conflictivas ninguna de las dos opciones y pudiéndose adaptar el tratamiento para cada caso concreto.