TDAH – CLAVES PARA MEJORAR EL COMPORTAMIENTO DE UN NIÑO CON HIPERACTIVIDAD

TDAH – Niños con hiperactividad

Los niños con déficit de atención e hiperactividad presentan problemas en varias áreas. En un artículo anterior mencionamos el subtipo de TDAH con predominio en los problemas de atención y de aprendizaje. Además de éste, también pueden presentarse problemas en el área hiperactiva e impulsiva (falta de autocontrol), o incluso mostrar problemas en las todas las áreas a la vez (hiperactividad, impulsividad, déficit de atención)

Muchos niños hiperactivos tienden a acabar sus tareas u obligaciones deprisa y corriendo debido a los problemas de inhibición y planificación que tienen, producto de su conducta hiperactiva e impulsiva y su falta de auto control. Así, en muchas ocasiones, actúan antes de pensar.

Por otro lado, los problemas de atención afectarán la capacidad para concentrarse, la organización, la memoria a corto plazo y por supuesto el aprendizaje. Muchos no son capaces de retener la información que reciben, que olvidarán al momento o al día siguiente.

TDAH – Pautas para mejorar el comportamiento de niños con hiperactividad

Para todos aquellos padres que tienen niños/as con TDAH, a continuación enumeramos una serie de pautas que ayudarán a la mejora del comportamiento del niño/a.

– En primer lugar, debemos afirmar que es muy importante aceptar el problema de nuestro hijo/a y entender que parte de su proceder no es producto de un mal comportamiento sino de su trastorno. Por ello, se debe hacer un esfuerzo en reconducir nuestras actitudes hacia la comprensión y el entendimiento del niño/a.

– Fijar normas claras, firmes y adecuadas, es fundamental para aumentar las probabilidades de una buena conducta. Para estos niños/as saber que su manera de actuar tiene consecuencias y cuáles serán estas, ayudará a encaminar su comportamiento y a evitar enfrentamientos en distintos ámbitos.

– Una buena estructura, consistente y con una rutina diaria fija, permite al niño/a organizar sus actividades. Para ellos, cualquier cambio a nivel escolar o familiar supone un desajuste en su comportamiento. Así, a mayor rutina mayor estabilidad en el proceder. Cuánto más predecible sea su vida, mejor sabrán organizarse y a qué atenerse en cada momento.

– Saber qué es lo que desencadena el mal comportamiento. Los acontecimientos o cualquier otro cambio que altere de forma significativa la rutina del día pueden generar un mal comportamiento. Los padres se deben anticipar a lo que puede ocurrir para ayudarle a afrontarlo mejor. Por ejemplo, si sabemos que en un centro comercial, al ser novedad para él/ella, se suele comportar mal, debemos pautar las normas y las consecuencias de una mala conducta antes de acudir, de esta manera el niño/a sabrá de antemano que sucederá si no se comporta como debe.

– Una vez desencadenado un mal comportamiento, debemos ser capaces de captar la atención del niño/a, porque sin ella, da igual lo que le digamos o intentemos explicar. Debemos colocarnos frente a él/ella, a su mismo nivel y orientar su rostro hacia el nuestro. Si el niño/a no contesta o no muestra desacuerdo, hágale alguna pregunta para asegurarse que ha entendido el mensaje.

– Comunicarse de forma clara con el niño/a, es fundamental. Los niños/as con TDAH no funcionan dándole largas charlas porque al momento habrán desconectado y no estarán escuchando nada de lo que les decimos. Debemos actuar de forma rápida, dándole instrucciones sencillas y estableciendo un reducido número de normas básicas. No se debe hablar demasiado. Es recomendable utilizar frases cortas y sencillas que resuman lo que queremos transmitir.

– Se deben reforzar las conductas positivas. Muchas veces el comportamiento de estos niños/as es agotador porque no parecen saciarse o cansarse con nada, y los padres tienden más a castigar y fijarse en lo negativo. Por pequeña que sea, cualquier conducta positiva deberá ser reforzada y premiada. Estos reforzamientos no tienen por qué ser materiales, pueden ser verbales e incluso se les puede motivar con privilegios para que sigan actuando de esa forma positiva, por ejemplo, invitando a algún amigo/a a casa o programando alguna excursión.

Los niños/as con TDAH, en la mayoría de los casos, oyen la mitad de la instrucción y se olvidan de la otra mitad, generalmente son incapaces de entender la secuencia de los acontecimientos, es decir, que su comportamiento puede generar otros comportamientos o tener consecuencias.

Todas estas pautas van encaminadas a la mejora de las dificultades que un niño con TDAH padece. El que sea capaz de escuchar, recordar y reflexionar antes de actuar, planificando con antelación, son los objetivos a perseguir y marcarán la mejora en los acontecimientos de su vida. Más información sobre otros problemas que afectan en la edad infantil en este enlace.