¿QUÉ ES LA ASERTIVIDAD?

La asertividad es la habilidad que nos permite poder expresar nuestros pensamientos y sentimientos libremente, asumiendo las consecuencias que estos puedan provocar en los otros, y respetando las opiniones contrarias o similares de nuestro receptor. La emisión de este mensaje debe realizarse  sin herir u ofender al oyente, y por supuesto, respetando cualquier otro punto de vista ajeno al nuestro.

El objetivo de la persona asertiva es la  libre expresión, sin que esta tenga un formato agresivo, o por el contrario,  sin que esto suponga evitar expresarse por miedo o sumisión. De esta manera, puede manifestar  su postura  ante determinadas situaciones o verter opiniones de forma eficaz, sin ser manipulado y sin manipular a los otros. La persona asertiva debe mostrarse seguro de sí mismo, con un contacto visual firme, sin vacilaciones y con un discurso fluido y coherente.

A continuación exponemos tres ejemplos que describen tres estilos distintos.

¿Con cuál de ellos te sientes reconocido?

PERSONA ASERTIVA

Esto es lo que pienso y así me siento, esta es mi opinión o mi forma de ver las cosas.

Persona que ofrece su opinión sin temor y sin miedo a represalias ajenas. Su objetivo es expresar sus pensamientos, sentimientos o ideas libremente. Además,  permite la expresión del otro.

 

PERSONA PASIVA

Lo que tú quieras, yo no quiero saber nada, prefiero no tener problemas. No opino.

Persona que prefiere no aportar sus ideas por miedo a no gustar  o a que los demás no estén conformes o de acuerdo con ella. Su objetivo es evitar problemas  por lo que  no expresa sus opiniones ante los demás. Pierde oportunidades  y generalmente,  no realiza lo que desea sino que depende de los deseos de los demás.

PERSONA AGRESIVA

Esto es lo que quiero, si no te parece bien no me importa,  es lo que tienes que hacer y punto.

Persona que impone sus ideas a los otros, sin importarle el agrado o rechazo de las mismas. Su objetivo es que se cumpla lo que él/ella diga. No tiene en consideración la opinión o lo que la otra  persona quiera hacer, simplemente quiere que le  “obedezcan”.

Todas las personas debemos tener el derecho a poder expresar nuestros pensamientos o ideas y permitir a su vez que los otros lo hagan. En ocasiones  es necesario saber decir que “no” sin ser sometidos a manipulaciones ajenas, al igual que en otras debemos saber encajar un “no” del otro. Debemos perder el miedo a comunicarnos con los demás.

Es frecuente encontrarnos con personas que carecen de esta habilidad, la asertividad. Esto puede deberse a distintos motivos tales como:

– Educación familiar

– Pautas educativas inadecuadas (donde se castigaba la asertividad)

-Interacciones sociales negativas, donde la persona pudo tener consecuencias poco gratificantes.

– Falta de seguridad en uno mismo

Es importante destacar algunas ventajas y desventajas que supone tener o carecer de esta habilidad:

Ventajas:                                                                                        Desventajas:

– Capacidad de expresar  lo que realmente uno desea      – Disminución de la autoestima

– Sentir satisfacción y tranquilidad con uno mismo             – Ansiedad, tensión, rabia, desilusión, etc.

– Disponer de capacidad resolutiva                                        – No te haces respetar

– Poder para defender tus derechos e ideas                        – Pérdida de oportunidades

– Actuar bajo tu propia voluntad                                                – Dependencia de lo que los otros desean

A continuación comentamos algunas técnicas que te ayudarán a desarrollar esta habilidad:

• Técnica del disco rayado: Es la repetición del mismo argumento una y otra vez, con la finalidad de centrar la conversación en aquello que deseas, sin darle pie al otro a utilizar o tergiversar la información aportada.
• Banco de niebla: Es   la aceptación del punto de vista del otro, comprendiéndole pero mostrando a su vez  tu desacuerdo aportando tus argumentos u opiniones. Es decir, le hacemos saber a la otra persona  que entendemos sus motivos y sus argumentos pero que disponemos también de motivos para mantenernos en nuestra postura.
• Asertividad confrontativa: Se utiliza cuando percibimos que el otro tiene contradicciones entre lo que dice y hace. Posteriormente transmitimos nuestras ideas confrontándolas con las de él.
• Aceptación positiva: Consiste en la aceptación de las alabanzas del otro, sin que esto nos desvié del tema a tratar.
• Aceptación negativa: Nos permite aceptar aquellas críticas negativas que se realizan sobre  nuestra persona,  y asumir nuestros errores sin temor a expresarlo a los demás. De esta forma aceptaremos lo negativo y lo admitiremos sin problema.
• Aplazamiento asertivo: Se trata de posponer la discusión a otro momento  en el cual las personas estén más tranquilas y serenas.

En definitiva, la asertividad se encuentra  en el punto medio entre la pasividad y la agresividad, y desarrollarla posee grandes ventajas y beneficios en nuestra persona. Aunque en ocasiones determinadas situaciones o conflictos nos dificultan emplearla, es importante el entrenamiento de la misma para poder desarrollarnos de forma sana y positiva y evitar la frustración o rabia. Es importante aclarar que ser asertivo no conlleva tener la razón siempre, sino simplemente ejercer la libertad de expresión de nuestras ideas y  pensamientos. Esto aumentará el respeto hacia nosotros mismos y por ende hacia los demás.