Síndrome de Tourette – tics motores y fónicos
El síndrome de Tourette, debe su nombre al neurólogo Georges Gilles de la Tourette. Se trata de un trastorno neurológico que se caracteriza por la emisión de sonidos vocales y de movimientos involuntarios, estereotipados y repetitivos llamados tics.
Se desconocen las causas de este síndrome, aunque algunos investigadores se inclinan por afirmar que es debido a las anormalidades que presentan ciertas zonas del cerebro, así como problemas en la interconexión de ciertas regiones y de las sustancias químicas como la serotonina, dopamina y norepinefrina. Además, se contempla también la posibilidad de que sea un trastorno hereditario, ya que en las personas que la padecen la probabilidad de transmitirla a sus descendientes aumenta hasta en un 50%.
Este síndrome afecta con más frecuencia a los hombres que a las mujeres y los síntomas suelen aparecer en la niñez, aunque con el paso del tiempo estos suelen disminuir, y por ende, mejora la calidad de vida del paciente. Así mismo, cuando la persona esta descansada, calmada o dormida, los síntomas disminuyen notablemente aunque no desaparecen. Por contra, los tics empeoran cuando la persona se encuentra nerviosa o ansiosa.
Síndrome de Tourette – los tics, ¿se pueden controlar?
En referencia a si el paciente puede o no controlar sus tics, existen distintos casos al respecto. Por un lado es frecuente que el paciente refiera una necesidad extrema de poder completar un número de veces determinado o de una manera específica movimientos con el fin de aliviar la sensación, de tal manera que no solo no lo controla sino que además puede aumentar su tensión si lo intenta reprimir. Por otro lado, hay pacientes que consiguen controlar o manejar sus tics, minimizando así el impacto que estos tienen en el medio y sobre sí mismo.
Este trastorno es considerado como una forma grave de y crónica de múltiples tics, siendo irregular su aparición e intensidad, y quedando clasificados los mismos en: tics simples (movimientos breves, repentinos, repetitivos, realizados por un grupo limitado de músculos) y tics complejos (movimientos coordinados y sucesivos donde se ven comprometidos varios grupos musculares).
Ejemplos tics simples: Muecas faciales, encoger los hombros, sacudir la cabeza, parpadeo, aclarar la garganta, olfatear, gruñir.
Ejemplos tics complejos: Muecas faciales junto con torcedura de cabeza y encogimiento de hombros, saltar, doblar el cuerpo, agacharse, golpear la cara, decir obscenidades o repetir palabras o frases de otras personas, escupir, hacer gestos insultantes, etc.
Síndrome de Tourette – tratamiento psicológico
Con respecto al tratamiento de este síndrome, actualmente no existe un medicamento que erradique el trastorno, aunque los neurolépticos ayudan a disminuir los tics. Es este uno de los motivos, entre otros, por los que la terapia psicológica con estos pacientes toma especial relevancia ya que a pesar de que es un trastorno con base biológica puede terminar generando problemas psicológicos de distinto índole.
La aceptación del trastorno en sí mismo, el manejo de todos los problemas que puede acarrear de tipo social e incluso a nivel de autoestima y emocional, representan los objetivos a trabajar en muchos pacientes. Así mismo, problemas como la depresión, ansiedad, problemas de comportamiento negativo, bajo rendimiento escolar, etc. deberán ser tratados paralelamente.