Terapia sexual
Frecuentemente escuchamos hablar y hablamos de sexo, sexualidad, relaciones sexuales, ... sin que probablemente conozcamos en detalle el significado de cada uno de estos términos, lo que nos lleva muchas veces a utilizarlos indistinta e inadecuadamente. Pero ¿son lo mismo?. La respuesta es no. Cuando los psicólogos hablamos de sexualidad no nos referimos únicamente al acto sexual ni al hecho de haber nacido hombre o mujer. La sexualidad de una persona se empieza a construir desde su nacimiento a partir de su sexo biológico y se desarrolla hasta el final de su vida con todos los aportes de su marco familiar, social y cultural y por supuesto a partir de su propia experiencia.
Por lo tanto, cuando hablamos de sexualidad, hablamos de todo un mundo relacional y afectivo que incluye el sexo, el deseo amoroso, los sentimientos y la relación con el otro. Esta concepción implica pasar a una perspectiva más amplia e integradora sobre la sexualidad humana. Esta visión viene acompañada desde los últimos años de un creciente reconocimiento social de la importante contribución de una vida sexual satisfactoria a la calidad de vida de una persona; de la separación de la sexualidad y la reproducción, del reconocimiento de la sexualidad femenina y la preocupación por su satisfacción; de la creciente disponibilidad de información y de la liberación de las conductas sexuales, entre otros cambios. En este estado de cosas, resulta un objetivo importante el disfrutar de la sexualidad y no es infrecuente que las personas encuentren dificultades para conseguir lo que consideran una adecuada vida sexual aunque esto, a día de hoy, no se traduzca siempre en solicitar ayuda profesional (terapia sexual) debido muchas veces a la consideración de estas dificultades como una cuestión tabú.
Los distintos problemas que pueden aparecer en el campo de la sexualidad humana se circunscriben dentro del ámbito de las disfunciones sexuales. Éstas se definen como el conjunto de problemas de diversa índole que dificultan o impiden a la persona disfrutar de forma satisfactoria de la sexualidad (Labrador, 1987). Las disfunciones sexuales pueden ser de distinto tipo y se pueden clasificar según la fase de la respuesta sexual en que aparece (deseo, excitación, orgasmo y resolución):
El objetivo general que se persigue en la terapia sexual es recuperar el bienestar y la satisfacción sexual en ambos miembros de la pareja , sin perseguir a priori un determinado logro o conducta que provoque más ansiedad, exigencia y malestar en la relación. Con mucha frecuencia, las disfunciones sexuales pueden estar relacionadas con otros problemas, en concreto problemas personales y en especial problemas relacionales . De hecho, el éxito del tratamiento depende muchas veces de la colaboración activa de ambos miembros de la pareja.
La terapia sexual se va a estructurar en general siguiendo los siguientes pasos:
Por lo tanto, cuando hablamos de sexualidad, hablamos de todo un mundo relacional y afectivo que incluye el sexo, el deseo amoroso, los sentimientos y la relación con el otro. Esta concepción implica pasar a una perspectiva más amplia e integradora sobre la sexualidad humana. Esta visión viene acompañada desde los últimos años de un creciente reconocimiento social de la importante contribución de una vida sexual satisfactoria a la calidad de vida de una persona; de la separación de la sexualidad y la reproducción, del reconocimiento de la sexualidad femenina y la preocupación por su satisfacción; de la creciente disponibilidad de información y de la liberación de las conductas sexuales, entre otros cambios. En este estado de cosas, resulta un objetivo importante el disfrutar de la sexualidad y no es infrecuente que las personas encuentren dificultades para conseguir lo que consideran una adecuada vida sexual aunque esto, a día de hoy, no se traduzca siempre en solicitar ayuda profesional (terapia sexual) debido muchas veces a la consideración de estas dificultades como una cuestión tabú.
Problemas o Disfunciones sexuales
Los distintos problemas que pueden aparecer en el campo de la sexualidad humana se circunscriben dentro del ámbito de las disfunciones sexuales. Éstas se definen como el conjunto de problemas de diversa índole que dificultan o impiden a la persona disfrutar de forma satisfactoria de la sexualidad (Labrador, 1987). Las disfunciones sexuales pueden ser de distinto tipo y se pueden clasificar según la fase de la respuesta sexual en que aparece (deseo, excitación, orgasmo y resolución):
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Deseo sexual hipoactivo
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Trastorno de erección en el hombre
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Eyaculación precoz
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Trastorno orgásmico femenino y masculino
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Trastorno por aversión al sexo
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Vaginismo
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Trastorno de excitación sexual en la mujer
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Dispareunia o dolor genital durante el coito
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Terapia sexual - Tratamiento en Madrid
El objetivo general que se persigue en la terapia sexual es recuperar el bienestar y la satisfacción sexual en ambos miembros de la pareja , sin perseguir a priori un determinado logro o conducta que provoque más ansiedad, exigencia y malestar en la relación. Con mucha frecuencia, las disfunciones sexuales pueden estar relacionadas con otros problemas, en concreto problemas personales y en especial problemas relacionales . De hecho, el éxito del tratamiento depende muchas veces de la colaboración activa de ambos miembros de la pareja.
La terapia sexual se va a estructurar en general siguiendo los siguientes pasos:
- Proceso de evaluación y diagnóstico, que implica la utilización de distintos instrumentos, principalmente la entrevista, cuestionarios y registros. Se trata de identificar las posibles causas de la aparición del problema así como los factores que contribuyen a su mantenimiento. En este punto también es importante descartar problemas médicos que estuvieran afectando la respuesta sexual o conocer la influencia que otros trastornos psicológicos o consumo de drogas o fármacos ejercen en esta área.
- Fase de psicoeducación , cuyo objetivo principal es dotar a la persona o pareja de una adecuada formación e información sobre la sexualidad y corregir mitos, creencias erróneas, actitudes disfuncionales, etc.
- Tratamiento específico que incluye la aplicación de técnicas y procedimientos orientados a alcanzar objetivos concretos como la reducción de la ansiedad asociada a la penetración, control de la respuesta de espasmo vaginal o el reflejo eyaculatorio. En muchas ocasiones, el tratamiento también aborda la mejora de la comunicación en la pareja o el incremento del intercambio positivo entre sus miembros.
- Seguimiento, puesto que una vez finalizado el tratamiento es conveniente establecer procedimientos para facilitar el mantenimiento de los logros alcanzados elaborando formas de prevenir posibles reapariciones del problema.