Trastornos de Personalidad
Los trastornos de personalidad son difícilmente reconocibles por aquellos que lo padecen. Partimos de la base de que la personalidad se comienza a forjar desde que somos niños y durante la adolescencia se va estableciendo de una manera más firme y permanecerá de manera estable con pequeñas variaciones en la edad adulta.
La personalidad de una persona queda descrita por sus pautas de comportamiento, por cómo piensan y por cómo perciben el mundo en el que vivimos.
Es importante destacar que no es lo mismo tener rasgos de personalidad que padecer un trastorno de personalidad, como tal. En este último caso, será el profesional el que deberá establecer, tras la evaluación, la existencia o no de un trastorno.
Se han catalogado diez tipos de trastornos de personalidad:
Los pacientes que padecen trastornos de personalidad no suelen ser conscientes de ello y por eso es raro que acudan al psicólogo por este motivo. Normalmente estos pacientes acuden al centro de psicología buscando tratamiento para su ansiedad, comportamientos depresivos, problemas de ira o agresividad, o también es frecuente que sean acompañados por un familiar que considera que sus comportamientos no son “normales” o adecuados.
El desgaste que ha ido sufriendo la conducta de la persona o las crisis puntuales donde se produce una inestabilidad de su comportamiento, junto con el malestar o en algunos casos el daño generado a familiares o amigos, son solo algunas de las características que la persona puede reconocer como propias de él, pero no producto de un trastorno. Todo ello hace que seamos conscientes de que no solo el abordaje sino también el tratamiento de los trastornos de personalidad son difíciles.
Desde la terapia cognitivo conductual se busca realizar una evaluación exhaustiva de aquellos síntomas y características que manifiesta la persona, examinado su historia personal y social. Aclarar el grado de interferencia que genera en su vida diaria y en la de su entorno nos dará información de la gravedad del caso.
La intervención dependerá no solo del trastorno que la persona padece sino de las características afectadas de su personalidad; es por ello que cada intervención es individualizada y busca disminuir el impacto negativo de las mismas en su vida.
La personalidad de una persona queda descrita por sus pautas de comportamiento, por cómo piensan y por cómo perciben el mundo en el que vivimos.
Es importante destacar que no es lo mismo tener rasgos de personalidad que padecer un trastorno de personalidad, como tal. En este último caso, será el profesional el que deberá establecer, tras la evaluación, la existencia o no de un trastorno.
Tipos de trastornos de personalidad
Se han catalogado diez tipos de trastornos de personalidad:
Trastorno paranoide de la personalidad
[ver detalle]Trastorno esquizoide de la personalidad
[ver detalle]Trastorno esquizotípico de la personalidad
[ver detalle]Trastorno antisocial de la personalidad
[ver detalle]Trastorno límite de la personalidad
[ver detalle]Trastorno histriónico de la personalidad
[ver detalle]Trastorno narcisista de la personalidad
[ver detalle]Trastorno de personalidad por evitación
[ver detalle]Trastorno de la personalidad por dependencia
[ver detalle]Trastorno obsesivo compulsivo de la personalidad
[ver detalle]
Evaluación y tratamiento de los trastornos de personalidad
Los pacientes que padecen trastornos de personalidad no suelen ser conscientes de ello y por eso es raro que acudan al psicólogo por este motivo. Normalmente estos pacientes acuden al centro de psicología buscando tratamiento para su ansiedad, comportamientos depresivos, problemas de ira o agresividad, o también es frecuente que sean acompañados por un familiar que considera que sus comportamientos no son “normales” o adecuados.
El desgaste que ha ido sufriendo la conducta de la persona o las crisis puntuales donde se produce una inestabilidad de su comportamiento, junto con el malestar o en algunos casos el daño generado a familiares o amigos, son solo algunas de las características que la persona puede reconocer como propias de él, pero no producto de un trastorno. Todo ello hace que seamos conscientes de que no solo el abordaje sino también el tratamiento de los trastornos de personalidad son difíciles.
Desde la terapia cognitivo conductual se busca realizar una evaluación exhaustiva de aquellos síntomas y características que manifiesta la persona, examinado su historia personal y social. Aclarar el grado de interferencia que genera en su vida diaria y en la de su entorno nos dará información de la gravedad del caso.
La intervención dependerá no solo del trastorno que la persona padece sino de las características afectadas de su personalidad; es por ello que cada intervención es individualizada y busca disminuir el impacto negativo de las mismas en su vida.