¿Qué puedo hacer para controlar mi agresividad?
La agresividad constituye una reacción social extraordinariamente generalizada, ya que puede ser útil y normal, o destructiva y anormal, en función del uso que se le de.
Es un estado emocional subjetivo que está asociado a diversos errores de pensamiento, conductas verbales, motrices y determinadas pautas de activación física.
Lo característico es que se percibe a la otra persona, la pareja, el compañero de trabajo, el amigo o los hijos, como causa de la agresividad y por eso se entiende como digna de censura o castigo.
En todas estas situaciones existe un desencadenante, algo que sucede; ante esto se hace una valoración del mismo, que es la clave del por qué actuamos de forma agresiva. No es la situación en sí misma la que nos hace actuar de esta manera, sino la interpretación que se haga de lo ocurrido. Generalmente se realiza una valoración negativa, catastrofista, injusta o intolerable, nos sentimos sin recursos para hacer frente a la misma y expresamos nuestras emociones y frustración a través de la agresividad.
Tras una evaluación exhaustiva e individual, aplicaremos diversas técnicas que te ayudarán a mantener el control en situaciones que tú percibas como conflictivas. En su mayoría, estas técnicas te ayudaran a reevaluar las situaciones, ajustándolas a una realidad menos distorsionada. De esta manera lograrás manejar tu emociones y, en consecuencia, tu manera de actuar.
Más información sobre el tratamiento para el control de la ira y agresividad.